La presencia de residuos de plaguicidas a lo largo de la cadena de suministros representa un desafío crítico. Estos compuestos pueden ingresar a la cadena alimentaria y afectar la salud humana y animal, así como el medio ambiente. Por ejemplo, la ingesta de alimentos contaminados con plaguicidas puede provocar trastornos neurológicos, daño hepático y efectos hormonales en humanos. Garantizar la seguridad de los alimentos o piensos es esencial para proteger la salud y el bienestar general. En el caso del medio ambiente, estos residuos pueden contaminar fuentes de agua y afectar la biodiversidad al alterar los ecosistemas acuáticos y reducir la población de especies beneficiosas como las abejas.
En la agricultura convencional, se emplean numerosos plaguicidas para controlar plagas y enfermedades que amenazan la producción. En Argentina, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Agroalimentaria (SENASA) registra más de 6,000 productos fitosanitarios aplicables a diversos cultivos, como soja, trigo, maíz y frutales.
El impacto del exceso de residuos
Los Límites Máximos de Residuos (LMR) son el nivel máximo de residuos de plaguicidas permitido en un alimento, establecido con base en evaluaciones toxicológicas y pruebas de campo. Se determinan considerando factores como la ingesta diaria aceptable (IDA) y el uso adecuado del plaguicida, asegurando que los residuos presentes no representen un riesgo para la salud humana.
El rechazo de exportaciones debido a residuos que superan los Límites Máximos de Residuos (LMR) genera pérdidas económicas debido a la pérdida de ingresos y al aumento de costos logísticos para reubicar productos en mercados menos exigentes, al mismo tiempo que afecta acuerdos comerciales, vulnerando la confianza en los exportadores. Además, ciertos plaguicidas como los organoclorados persisten en el medio ambiente, acumulándose en el suelo y el agua por años. Es importante destacar que estos contaminantes orgánicos persistentes (COPs) son regulados dentro del alcance del Convenio de Estocolmo, firmado entre otros por Argentina, y que obliga a los países que forman parte a reducir y eliminar estos contaminantes.
Estrategias para un plan de control eficaz
Resulta importante destacar que no existe un plan de control de residuos de plaguicidas con “riesgo cero”. Por ello, es fundamental tomar decisiones en función de la evaluación de riesgo y grado de seguridad a alcanzar, utilizando la información y recursos disponibles para elaborar nuestro plan de control.
En primer lugar, es necesario tener la mayor información posible sobre los plaguicidas, tanto en materia legislativa en cada mercado de interés, como los diferentes usos según países o zonas geográficas. Se suma en este sentido, la definición compleja de los LMRs, las cuales muchas veces incluyen productos de degradación y/o metabolitos propios del plaguicida.
Se debe considerar el origen de los productos agroalimentarios (producción nacional/internacional), como también si hablamos de commodities, productos semiprocesados o procesados, y la posibilidad de obtener información sobre el comportamiento de los residuos durante el proceso, donde puede ocurrir concentración, disminución o transcurrir sin alteración. Por otro lado, podemos recabar información sobre la factibilidad de contaminaciones cruzadas en toda la cadena de distribución de los mismos, especialmente en producción orgánica.
La elaboración del plan también debe contemplar aquellos puntos relacionados con las especificaciones de los clientes, donde debe considerarse la falta de conocimiento pleno en el desarrollo de un muestreo representativo y si el control ejercido a los proveedores es de tipo dirigido o no dirigido.
Así, para establecer un plan de control sólido es fundamental el soporte de un laboratorio especializado, cuyo alcance técnico, los límites de detección y cuantificación de las metodologías aplicadas y las acreditaciones de amplio reconocimiento por parte del mercado, junto con el aporte de una asistencia técnica de alto nivel, los convierten en aliados elementales para garantizar la seguridad alimentaria y cumplir con las normativas internacionales, mientras se resguarda la confianza y reputación de marca en los mercados.
Confía en nuestra experiencia
CIATI cuenta con el servicio de determinación de residuos de plaguicidas en diferentes matrices agroalimentarias, mediante el empleo de cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas (LC-MS/MS) y cromatografía gaseosa acoplada a espectrometría de masas (GC-MS/MS) bajo acreditación ISO 17025, alcanzando los límites de detección y cuantificación que actualmente exigen los principales mercados y con los tiempos de respuesta más cortos del país.
Además, contamos con un equipo de especialistas listo para asistir a los agronegocios en la optimización de sus planes de control y monitoreo. Este equipo humano, conjuga la constante actualización y una alta calificación técnica, con la experiencia de haber colaborado con numerosas empresas exportadoras en la revisión de sus planes de control, logrando en conjunto reducir hasta en un 30% los rechazos por residuos de plaguicidas en mercados internacionales.
Para mayor información sobre el monitoreo de residuos de plaguicidas, puede contactarse directamente con nuestros especialistas vía correo electrónico: especialistas@ciati.com.ar.